jueves, 12 de noviembre de 2015

Areco 2015


Foto que nos sacamos antes de subir  al otro micro.

Cada viaje es una gran aventura con este hermoso y maravilloso grupo de personas totalmente chiflados del coco.

El 7 de noviembre nos fuimos, junto a Miselanea Coral, un fin de semana a San Antonio de Areco a un encuentro coral en la Parroquia San Antonio de Padua, cantábamos con un coro del lugar, Coro Femenino del Instituto Santa María de la Asunción, todos dirigidos por Augusto Paso. Fue un concierto muy lindo, lo disfruté mucho, bueno no tanto, no lograba escuchar mucho a los de más *teniéndolos al lado mío*, yo no me sentía muy bien, estaba cansada y con mucho sueño, nos mandamos varias macanas y etc etc, pero igual a pesar de todo eso la pasé bien, y me dí el gusto de cantar I´m gonna sing de sopra 1 wiiii.
Una vez terminado el concierto nos fuimos a la escuela que nos prestaron para alojarnos, un lugar enormemente lindo, ahí cenamos y bailamos casi toda la noche, digo casi por que de apoco fueron despereciendo uno por uno de "la pista de baile", (esto  fue después de cenar). La cena fue un gran asado, con chori y morsi, y ensalada para los vegis (me incluyo, no quise comer el asado, estoy en proceso de abandonar la carne), también hubo papas, cebollas y espárragos a la parrilla. Terminada la cena se armó el bailongo, los chicos armaron una lisa de canciones, muy completa, bailamos un buen rato, David se llevó toda la atención, bailó a más no poder con movimientos ultra mágicos desconocidos para la humanidad, y Paula marcando tendencia con sus pasos de bailarina aptos para principiantes. Si bien de a poquito se fueron yendo y a lo último sólo quedaron algunos (incluida yo, que nos la re bancamos) fue una velada linda e inolvidable.
Después del bailongo y de deambular por ahí me fui a dormir, o intentar, acomodamos la habitación que era un desastre de bolsos, mochilas, carteras, bolsas de dormir y colchones inflables; que a todo esto fueron, casi, totalmente innecesarios, por que a nosotros nos habían dicho que cada uno lleve un colchón inflable por que en el lugar donde nos quedábamos no tenían, vil y cruel mentira, había colchones y hasta sobraban, casi me agarra un ataque, una compañera de telas me presto el colchón inflable con inflador y una bolsa de dormir de más, yo ya tenía bolsa de dormir por que otra compañera me lo había prestado junto con un aislante, yo llevé  todo por las dudas que alguien lo necesitara por si no consiguió, al pepe por que HABÍA COLCHONES, pero bueno agarré un colchón que sobraba y con sábana, quién pudiera! Dormí más que bien, una vez que lo logré, por que me acosté y no paraba de dar vueltas, en un momento me levanté y me fui a molestar gente, a comer budín, bailar otro rato, caminar, cantar con los que estaban con la guitarra, comer budín otra vez, después de andar por ahí otro ratito me agarró sueño otra vez y me fui a la cama otra vez, para cuando me acosté ya eran como las cinco de la mañana y ya estaba saliendo el sol, por suerte me  dormí rápido. Dormimos muy bien, teníamos un cuartito donde tiramos cinco colchones y dormimos cinco personas, glorioso, íbamos a ser seis, pero una hizo el sacrificio y se fue a dormir o con los demás en el cuarto mixto. Un beso para Sol Fa, una valiente!
A todo esto no había agua, después de que llegamos del concierto nos dimos cuenta que no teníamos agua.
Me habré dormido hasta las ocho, ocho treinta más o menos, y ahí escuché de las otras chicas de Miselanea que seguíamos sin agua, creo que me levanté para ir al baño y me volví a acostar y seguí durmiendo hasta las diez que me levanté. En el pasillo me encuentro a Pauli y me dice que encontraron una canilla con agua en el patio, mi corazón casi explota de alegría. Me cambié la ropa de dormir y salimos en busca de la felicidad, guiados por Pau, llegados a destino nos lavamos la cara y los dientes. 
Una vez ya aseados y desayunados nos avisan de que ya hay agua y nos podemos bañar, esas palabras eran música para mis oídos, mientras preparaba las cosas para bañarme viene Augusto invitando a todos para ir al desfile, al cual no tenía ganas de ir por que quería bañarme. Ya toda bañada, esperé a SolFa y a Dai y nos fuimos al famoso desfile, que no teníamos idea de dónde quedaba ni cómo llegar, así que le reuntamos a un señor que nos dijo cómo llegar. Llegados ya al famoso desfile nos encontramos con un desfile... de caballos, ultra emocionante. Re lindos los caballos igual, rodeamos todo el desfile para llegar a la plaza a ver si encontrábamos algo un poco más interesante, y no, nada, más caballos, y mucha gente, consideramos ir al río, pero no teníamos mucho tiempo por que no faltaba mucho para almorzar, así que nos volvimos.
Llegar a la escuela fue casi una odisea, ninguna se acordaba mucho el camino de regreso, teníamos una idea, pero eso no era suficiente, y nuevamente fuimos preguntando por el camino, y por un momento creímos que nos habían mandado a otro lado, pero por fortuna no fue así y llegamos a la escuela sanas y salvas.
Cuando llegamos ya estaban preparando las cosas para el almuerzo, los chicos preparando el asado nuevamente y otras chicas preparando la ensalada, otros la mesa y algunos en la cocina limpiando y ordenando. Cuando ya estaba la comida fuimos al patio, comimos, charlamos, nos reímos y seguimos comiendo. Pasado un buen rato de haber comido nos tiramos en el pastito a seguir socializando, y comimos las galletitas que hizo Mechi, de otro mundo.
Mientras almorzábamos salió la idea de tomar un helado, así que después de comer las galles de Mechi reclutamos un grupo de gente y nos fuimos al Grido que estaba a un par de cuadras. A la par de nosotros los que se quedaron hicieron una guerra de bombuchas. Estando todos con nuestros helados nos sentamos en unos asientos al lado dela ventana y nos quedamos ahí un ratito para poder comer más tranquilos, mientras hablábamos de series animadas, entre otras cosas. Como no nos quedaba mucho tiempo, por que teníamos que ir a acomodar las cosas para irnos, nos fuimos de la heladería y terminamos el helado en el camino.
Cuando llegamos, con Dai fuimos al cuartito para arreglar las cosas y nos encontramos con casi todo guardado. Chochoooos!, así que sólo guardamos y acomodamos nuestras cosas y nos fuimos abajo a llevarlas junto a las cosas de los demás. Las de vueltas que dieron todos, de aquí para allá limpiando todo el desastre que hicieron con as bombuchas, subiendo y bajando escaleras, revisando que no se hayan olvidado de nada, bajando cosas, arreglándose etc..  Yo también estaba algo así, estaba entre si me quedaba con el short o me ponía la calza, al final me decidí por la calza. 
Y llegada la hora subimos todo al micro, y antes de subir e irnos nos sacamos una foto todos juntos.


Y ahora, el micro.
El micro se suponía que tenía que salir 18.00 hs, pero salió 17.20 hs aprox. muy contentos por que llegaríamos un poquito más temprano. Como todos  nos dormimos tarde y levantamos temprano e hicimos diversas actividades, estábamos todos cansados, por lo que los queríamos dormir nos quedamos en los asientos de abajo. Todos iban a dormir, pero abajo iban los que querían dormir tranquilos tranquilos. 
Ni había arrancado el micro que yo ya me había me acomodado para dormir, tardé un poquito en dormir, no sé si  logré dormirme del todo pero que me dormí me dormí... Hasta que a cierta parejita se le dio por ponerse a cantar, y gracias a ellos me desperté, con ganas de matarlos, claramente. A Paula le causaba por que o paraba de quejarme, hasta que me cansé, no los mandé a ningún lado, sólo los callé de una manera no muy feliz,mis palabras  fueron: A ver el grupito de enfrente,  hay algunos que quieren dormir!, y después de unos minutitos se callaron, pero yo ya no me podía dormir ni tenia sueño, así que mi humor no era de los mejores, aunque el dolor de cabeza que tenía, que me estuvo molestando todo el día, se había ido, así que no me enojé taaaanto y me puse a hablar con Pauli.
El viaje dura aproximadamente tres horas, si nosotros salmos tipo 17.20 hs, tendríamos que estar en Adrogué tipo 20.30 o 21 hs a más tardar como mucho. Eran las 20.40 y recién estábamos en la autopista, el micro iba re lento, tardó una eternidad en llegar; encima que tardamos un montón en doblar una  esquina, todo por un camión que ocupaba too el lugar de la calle por estar muy mal estacionado, estuvimos media hora intentando pasar por ahí hasta que el chófer decidió ir por otra calle y pudimos continuar el viaje para dejar a los de Miselanea en su punto de partida . Una vez que llegamos a la escuela, se bajaron los de Miselanea y subió Fermín (el hijo de Flor, una mezzo del juve), nos fuimos felices y contentos. Pero la felicidad no duró por mucho tiempo. Estábamos entre Avellaneda y Gerli más o menos, y se frena el micro, y se queda, un buen rato, después de esperar un buen rato nos dicen que se rompió el micro, que el motor se descompuso y no se puede arreglar. A todo esto eran como las diez de la noche y yo me había indispuesto. Mucha felicidad junta para un solo día, no sabía cómo reaccionar.
Por fortuna llamaron a oto micro para que fuera a buscarnos. Estuvimos como una hora esperando el siguiente micro, y durante a espera charlamos, nos quejamos, comimos helado y veíamos cómo jugaba Fermín la guerra de poderes con Rodri y Juli. Luego de una larga espera llegó el esperado micro que salvaría  nuestras vidas. Hasta acá eran las once y alguito. Llegó el micro, todos felices subimos con nuestras pertenencias, ansiosos de arrancar viaje. El micro no arranca. Todos entramos en desesperación mientas nos reíamos, yo ya estaba al borde del llanto de la indignación jaja, pero por fortuna fue una falsa alarma, arrancó en el tercer intento. Y de ahí el viaje fue bastante rápido, para lo considerablemente lento que iba, aunque el trafico ayudó, no había casi nadie, totalmente entendible, domingo doce de la noche, qué más se esperaba? En el camino fuimos dejando gente en sus respectivas paradas. Y finalmente llegamos a Adrooo!
Llegamos al Nacio, desvalijamos el micro, dejamos los instrumentos en la casa de Agos y nos fuimos repartiendo por las remiserias de Adro, yo me fui con Ceci y Lio, compartimos el remís, el viaje fue rápido por suerte, los dejamos en su casa y yo seguí para mía. La alegría que me dio cruzar la puerta de mi casa fue inigualable. Entré me despojé de todo, saludé a mi mamá y a mi hermana, comí, le devolví la mochila a Ro, charlé un ratito cada una y me fui a dormir, y hasta no me levanté hasta el mediodía.

Una odisea total, hasta ahora nunca me había pasado algo como esto, espero que se repita otra vez, no lo del micro, claramente, pero fue una experiencia muy  linda, llena de amor, risas, compañerismos, música, amistad y gente nueva.

¡Por más momentos como estos!

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